Fantasía: La belleza del abuso

No puedo creer que tenga que comenzar con una advertencia pero me parece importante: todo lo que describo en esta fantasía es consensuado y pre discutido con la sumisa. Algunas cosas pueden parecer fuertes o “demasiado” para algunos, pero todo se habla y se limita al principio de la experiencia y existe una palabra de seguridad preestablecida.

No soy un Sádico, no disfruto de causar dolor. Pero hay algo muy atrayente sobre el dolor como una forma de servicio, de la misma manera la humillación como forma de servicio resulta irresistible.

Conversamos mucho en línea, sobre ella aprendí que quería sufrir para servir, quería ser usada de todas las maneras posibles con tal de sentirse una puta de servicio. De mi, gracias a ella, aprendí que había un lado que mantenía dormido, encadenado, casi condenado al olvido. 

Me dijo: quiero que no te controles conmigo!

¡Qué ideas! totalmente contraria al deseo de control y planeamiento de ser Dominante, pero de alguna manera atraía a mi lado animal, a mi lado que en las palabras de Tyler Durden:

Tenía ganas de destruir algo hermoso

Ese día comenzamos la sesión como normalmente lo hacíamos con la revisión de la sumisa y finalizando con ella de rodillas frente a mi sentado en el borde de la cama; pero algo era diferente en su mirada, rompió protocolo y viéndome directamente a los ojos dijo

– Rompeme, no te controles, estaré bien — 


Su tono dulce y juguetón, envuelto en la determinación de sus ojos despertó algo en mi. De inmediato la cachetee en su carita fuerte: 

– Compórtate puta insolente, hoy vas a aprender a servir como se debe – 

Su carita vuelta hacia a un lado aún así no podía esconder tu sonrisa, la golpee hacia el otro lado: 

– Con que desafiante y sonriente, vamos a ver cuanto te dura – 

Su carita roja de inmediato en esa piel blanca tan deliciosa, sus ojos llorosos. La tomé del cuello y la hice ponerse de pie, así la pegue contra la pared levantando levemente de su cuello mientras ella movía sus piernas tratando de que al menos los dedos de sus pies tocarán el suelo. 

Mi otra mano invadió entre sus piernas, ya hasta sus muslos estaban mojados, y comencé a tocar su vagina de putita sucia y a meter mis dedos en su huequito que estaba empapado. En mi mano en su cuello sentía su ansiedad y cómo se esforzaba para atrapar algo de aire pero su vagina seguía mojándose más y más. 

Saqué mi mano de entre sus piernas, y la solté del cuello; cayó de rodillas en el piso tratando de recuperar el aire, sin dejarla descansar metí mi mano empapada de su jugos en su boca y la forcé a limpiar mis dedos. 

La hacía lamer mis dedos y entre lamidas sacaba mi mano y le pegaba en su carita. Todavía podía ver como jadeaba y le costaba respirar. Tome un paso atrás y le di unos segundos para recuperar el aire, y viéndola a los ojos le pregunté: 

— ¿Necesitas un momento? —

Me vio directamente con enojo en su carita y solo movió su cabeza indicando que no. Sería su última oportunidad…

No tengo que aclarar que mi verga para ese momento estaba lista. Me volví a acercar y usando mi mano la obligue a abrir su boca, sin advertencia y sin medirme metí mi verga completa hasta el final de su boca y comencé a cogerme su boca sin pensar en otra cosa que mi placer. 

Sentía como se esforzaba por respirar mientras recibía mi verga en su boca, y como trataba de no vomitar, sus arcadas eran claras, pero esta vez no me importaban, mi verga solo quería placer y estaba dispuesto a usar la boca de la putita sucia como nada más que un bolsillo para placer. 

De pronto no puedo más y vomitó un poco sobre mi verga, su reacción natural fue quitar su boca y volver su cara hacia un lado para poder vomitar, pero hoy no estaba permitido; de inmediato la tome del pelo y volvi su cara hacia el frente y metí mi verga de nuevo en su boca mientras ella todavía botaba saliva y se ahogada y comencé a violarle su boquita de nuevo mientras sentía todos los líquidos mezclarse sobre mi verga y su cuerpo luchando por poder respirar y no ahogarse. 

Mi verga estaba lista para más, se la saque de la boca, y escupí directamente en su carita para recordarle su lugar. La vista era gloriosa mientras ella jadeaba, todos los líquidos escurrían de su boca y caían por todo su cuerpo, comenzando por empapar su tetas deliciosas.  Era un desastre completo, una verdadera obra de arte, la visión más sexy que había visto. 

Me senté en la cama, y extendí mi pie derecho

– Ven a frotar tu hueco de puta sucia en mi pie como la calentona que eres –

De inmediato se acercó y se sentó sobre mi pie, sosteniéndose de mi pierna con sus manos y comenzó a moverse adelante y atrás frotando su huequito de putita empapado en mi pie. Mientras hacía esto comencé a cachetear, una y otra vez

— ¿Quién es la putita de papi? – 

–  ¿Quién es la putita de abuso de papi? — 

Con cada pregunta y respuesta le pegaba en su carita deliciosa e inocente, mientras sentía como mi pie se mojaba de sus líquidos de putita sucia. 

Le escupía en su cara mientras le decía lo sucia que debía ser para mi, y sentía como frotaba más fuerte contra mi pie y se mojaba más. 

Continuará…

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